Los anacardos tostados de Casca Rija son uno de los productos más codiciados por nuestros clientes, por eso tenía sentido crear una crema de anacardo con un sabor digno de nuestra marca.
Independientemente del fruto seco que sirva de inspiración para una mantequilla de Casca Rija, el proceso de elaboración no cambia y los pasos son simples: tostado; selección; molienda y aromatización. Procedimientos simples, pero nunca descuidando las exigencias de cada uno de ellos.
1º - En la mantequilla de anacardo todo permanece inalterado. Iniciamos el proceso productivo con el tostado, etapa muy importante, que se realiza sin uso de aditivos, aceites, azúcares y sal. Los anacardos se tuestan delicadamente al natural hasta alcanzar el tostado perfecto.
2º - Tras el enfriamiento sigue la selección meticulosa del anacardo. Se realiza una selección manual cuidadosa, descartando todos aquellos que no estén en las mejores condiciones porque pueden alterar el sabor final que se desea.
3º - La tercera etapa de producción consiste en transformar los anacardos tostados en una mantequilla aterciopelada y de consistencia cremosa.
Tal como ocurre con casi todas las otras mantequillas de frutos secos de Casca Rija, el toque final es añadir un poco de canela de Ceilán en polvo y jengibre deshidratado en polvo. Estas especias exóticas se han convertido en la firma de Casca Rija. La suavidad y dulzura de la canela de Ceilán en polvo y la intensidad ligeramente picante del jengibre deshidratado en polvo proporcionan un resultado aromático, sin nunca sobrepasar el sabor del anacardo. El resultado es una crema aromática y sedosa, que revela, en cada cucharada, el sabor único de nuestra mantequilla de anacardo.
¡Y cuando menos se espera surge la mantequilla de anacardo de Casca Rija! Una deliciosa mantequilla con sabor inconfundible que sin duda superará las expectativas de todos los amantes de este maravilloso fruto seco.