La infusión de manzanilla es una de las más apreciadas y antiguas del mundo, reconocida por su sabor suave. La manzanilla (Matricaria chamomilla) es una planta herbácea utilizada desde hace milenios en diversas culturas. Esta infusión se prepara a partir de sus flores secas, que liberan un aroma delicado y un sabor dulce y floral.
Versatilidad en la Cocina
- Infusiones Personalizadas: Se combina armoniosamente con otras hierbas, como menta o jengibre, creando mezclas únicas que intensifican el sabor y los beneficios. Añade miel o limón para una nota cítrica y dulce.
- Tés Fríos: Ideal para los días calurosos, el té de manzanilla frío puede enriquecerse con frutas frescas, como naranja o manzana, proporcionando una bebida refrescante y ligera.
- Postres Aromatizados: Utiliza la infusión de manzanilla para dar un toque floral a pudines, pasteles y galletas. También puede incorporarse en jarabes para bañar panqueques o gofres.
- Infusión en Leche o Bebidas Vegetales: Añadir flores de manzanilla a la leche o a bebidas vegetales crea una base suave y aromática para lattes o batidos.
- Salsas y Caldos Suaves: En combinaciones creativas, la manzanilla puede usarse para aromatizar salsas de postres y caldos ligeros, equilibrando sabores en platos dulces y salados.
La manzanilla es más que un simple té; es un ingrediente versátil que aporta equilibrio y serenidad a tus recetas y momentos de pausa. Desde una bebida caliente hasta una base aromática para platos creativos, esta infusión es una verdadera aliada en el placer y el cuidado diario.